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¿Qué es la Trinidad?

Este es el primer artículo en una serie de la doctrina Cristiana de la Trinidad. Para ver la página web de MRM de la Trinidad y ver otros recursos, por favor haga clic aquí.

Por Eric Johnson

Comprender el significado de la Trinidad es importante para Cristianos que toman la Biblia como la Palabra autoritativa de Dios. La palabra “Trinidad” viene de dos palabras Latinas: el prefijo “Tri” (que significa “tres”) y “unidad” (que significa “uno”). El término fue utilizado por primera vez en el tercer siglo DC por el Padre de la Iglesia Tertullian y los Cristianos lo han estado usando desde entonces. En su libro The Forgotten Trinity (Minneapolis: Bethany House, 1998), teólogo James White  explica:

Los Cristianos creen en la Trinidad no porque el término en sí se nos da como credo dentro del texto de la Escritura.  Más bien, creen en la Trinidad porque la Biblia, tomada en su plenitud, aceptada como una revelación consistente de Dios, enseña que hay un Ser de Dios que es enteramente compartido por tres personas divinas, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo (p. 29).

El concepto de la Trinidad se considera incomprensible, en el sentido de que la naturaleza de Dios no se puede comprender por complete por la mente humana. En otras palabras, una característica de la naturaleza de Dios es que Él es transcendente, o por encima de nuestros pensamientos. Como lo dice Isaías 55:8-9:

Porque Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes,
Ni sus caminos son Mis caminos, declara el Señor.
Porque como los cielos son más altos que la tierra,
Así Mis caminos son más altos que sus caminos,
Y Mis pensamientos más que sus pensamientos.

Si la Trinidad es verdadera (correcto?), entonces la doctrina debe ser apreciada.  Al decir que “ama” la Trinidad, White explicó:

Un conocimiento verdadero y preciso de la Trinidad es  una bendición en sí. Cualquier revelación de la verdad de Dios es una obra de gracia, claro, pero la Trinidad nos trae bendición de valor mucho más allá de lo que se concede (otorga, asigna?) a los creyentes hoy día. ¿Por qué? Porque, al reflexionar, descubrimos que la Trinidad es la revelación más alta que Dios ha dado de sí mismo a Su pueblo. Es el remate, la cima, la estrella más brillante en el firmamento de verdades divinas. . . . Dios reveló su verdad acerca de Él mismo de forma más clara, y más irrefutable, en la misma encarnación, cuando Jesucristo, el Hijo eterno de Dios, tomó carne humana y caminó entre nosotros. Tan solo ese acto nos reveló la Trinidad de manera que ninguna revelación verbal podría comunicar. Dios se ha complacido en revelarnos que Él existe como Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Ya que a Dios le parece (Dios siente) que es importante que lo sepamos, también nosotros debemos considerarlo importante. Y como Dios se ha molestado para hacérnosla(lo) claro, debemos ver la Trinidad como una posesión preciosa, que está en la cima del montón de las muchas cosas que Dios nos ha revelado que de otra forma, nunca habríamos conocido (pp. 14-15).

El Símbolo Atanasiano

Diferentes definiciones para la Trinidad han sido propuestas a través de los años. E. Calvin Beisner explica en su libro God in Three Persons (Wheaton: Tyndale House, 1984) las cuatro maneras que han desarrollado los credos Cristianos:

  1. “Era el deseo de los Cristianos expresar brevemente y sucintamente, pero sin imprecisión o inexactitud, lo que pensaban acerca de Cristo y del resto de la fe.”
  2. “Los credos se des como formas de expresar lo que los Cristianos experimentaban.”
  3. “Los credos se formaron con el propósito de hacerles saber a los prospectivos conversos precisamente lo que se creía y se ensenaba en el Cristianismo, para que pudieran tomar una decisión informada.”
  4. “Los credos se formaron para poder combatir lo que para los Cristianos era error. . . . Estaban convencidos de que ciertas enseñanzas supuestamente Cristianas eran contrarias a las enseñanzas de Cristo y de los apóstoles. Por esta razón, se reunieron los consejos y se formaron los credos, no tanto para preservar la unidad sino para defender la verdad.” (pp. 16-17)

El Símbolo Atanasiano no fue obra de Atanasio, quien participó en el Concilio de Nicea. Probablemente fue escrito en el quinto siglo y es una expansión del Concilio Niceno. Lo siguiente es una traducción de la primera mitad del credo:

Quienquiera desee salvarse debe, ante todo, guardar la Fe Católica: quien no la observare íntegra e inviolada, sin duda perecerá eternamente. Esta es la Fe Católica: que veneramos a un Dios en la Trinidad y a la Trinidad en unidad. Ni confundimos las personas, ni separamos las substancias. Porque otra es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo: Pero la divinidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo es una, es igual su gloria, es coeterna su majestad. Como el Padre, tal el Hijo, tal el Espíritu Santo. Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo. Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres eternos, sino uno eterno. Como no son tres increados ni tres inmensos, sino uno increado y uno inmenso. Igualmente omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres omnipotentes, sino uno omnipotente. Como es Dios el Padre, es Dios el Hijo, es Dios el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres dioses, sino un Dios. Como es Señor el Padre, es Señor el Hijo, es Señor el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres señores sino un Señor. Porque, así como la verdad cristiana nos compele a confesar que cualquiera de las personas es, singularmente, Dios y Señor, así la religión católica nos prohíbe decir que son tres Dioses o Señores. Al Padre nadie lo hizo: ni lo creó, ni lo engendró. El Hijo es sólo del Padre: no hecho, ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo: no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente de ellos. Por tanto, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos, un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos. Y en esta Trinidad nada es primero o posterior, nada mayor o menor: sino todas las tres personas son coeternas y coiguales las unas para con las otras. Así, para que la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad sea venerada por todo, como se dijo antes. Quien quiere salvarse, por tanto, así debe sentir de la Trinidad.

¡No se deje espantar por lo largo del párrafo anterior! (Si lo lee lentamente, verá que hace énfasis en cada punto.) De hecho, podemos descomponer las ideas del credo en los siguientes puntos:

  1. Hay un solo Dios, tal como se describe en la Biblia (por ejemplo, Deut. 6:4; Marcos 12:29).
  2. Hay tres Personas que constituyen la Trinidad: El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo (“Un Dios en la Trinidad y la Trinidad en Unidad”
  3. Cada Persona de la Trinidad no ha sido creada (es auto-existente)
  4. Cada Persona siempre ha sido y siempre será Dios – son coeternas
  5. Cada Persona es 100% Dios por sí sola
  6. Mientras uno puede estar en sumisión en algún momento particular, permanece siendo igual a Dios
  7. La Trinidad se debe alabar

La doctrina se considera tan importante que la última línea (“Quien quiere salvarse, por tanto, así debe sentir de la Trinidad”) explica que una persona no debe ser considerada como Cristiano(a) de sentido completo ¡a menos que haya aceptación de la Trinidad!

El Símbolo Niceno (DC 325)  

Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador de todas las cosas visibles e invisibles

y en un solo Señor Jesucristo, el Hijo de Dios; unigénito nacido del Padre, es decir, de la sustancia del Padre; Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no creado; de la misma naturaleza que el Padre; por quien todo fue hecho: [tanto lo que hay en el cielo como en la tierra]; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó y se encarnó, se hizo hombre, padeció y resucitó al tercer día, y subió a los cielos, vendrá a juzgar a vivos y muertos.

Y en el Espíritu Santo.

[Y a los que dicen: “hubo un tiempo en que no existió’ y: ‘antes de ser engendrado no existió;’ y ‘fue hecho de la nada’ o ‘de otra hipóstasis’ o ‘naturaleza,’ pretendiendo que ‘el Hijo de Dios es creado’ o ‘sujeto de cambio y alteración,’ a éstos los anatematiza la Iglesia católica.]

Constantinopla (DC 381)

Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador de todas las cosas visibles e invisibles.

Y en un solo Señor Jesucristo, el unigénito Hijo de Dios, engendrado por el Padre antes que todo cuerpo celestial (eones), Luz de Luz, Dios de Dios, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, se hizo carne por medio del Espíritu Santo de la Virgen María, y fue hecho hombre; fue crucificado bajo Poncio Pilato, y padeció y fue enterrado, y al tercer día resucito, según las Escrituras, y ascendió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre; de allí vendrá de nuevo, con Gloria, a juzgar a los vivos y a los muertos; cuyo reino no tendrá fin.

Y en el Espíritu Santo, el Señor y Dador de vida, quien procede del Padre, y quien con el Padre y el hijo juntamente es alabado y glorificado, quien por medio de los profetas hablo. En una Iglesias anta y apostólica; reconocemos un bautizo por la remisión de los pecados; esperamos la resurrección de entre los muertos, y la vida en el mundo venidero.

Definiciones más cortas de la Trinidad

James White provee su definición básica en la página 26 de The Forgotten Trinity:

Dentro del único Ser que es Dios, existen eternamente tres personas coiguales y coeternas, a saber, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.

Él explica cómo es que hay tres fundamentos a la Trinidad:

  1. Monoteísmo: Hay un solo Dios
  2. Hay tres Personas divinas
  3. Las Personas son coiguales y coeternas (p. 28).

Al citar el Concilio de Nicea, Beisner explica:

…hay un solo Dios que está constituido de tres individuos, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, y todos deben ser alabados como el mismo Dios, quienes comparten en la misma sustancia o esencia (God in Three Persons, p. 24).

Lo explica más a fondo en forma más concisa:

En la naturaleza (o sustancia) del único Dios verdadero, hay tres personas distintas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. He aquí la idea principal de “tri-unidad,” una “Trinidad en unidad,” tres personas compartiendo igualmente en una sola sustancia de deidad.

Esta ilustración se ha utilizado durante muchos siglos por los Cristianos para explicar la Trinidad. En esencia:

  1. El Padre es Dios
  2. El Hijo es Dios
  3. El Espíritu Santo es Dios

Sin embargo:

  1. El Padre no es el Espíritu Santo ni el Hijo
  2. El Hijo no es el Padre ni el Espíritu
  3. El Espíritu no es el Padre ni el Hijo

Apoyo bíblico para esta enseñanza se provee en ¿Hay apoyo Bíblico para la Trinidad? y ¿Dice la Biblia realmente que Jesús es Dios?

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Traducción al Español

Bethany Ríos-Martínez

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